Las personas entran en tu vida por una razón, por una estación o por una vida entera. Cuando percibas el motivo, vas a saber qué hacer con esa persona.
Cuando alguien está en tu vida por una razón, es generalmente, para llenar la necesidad que has demostrado tener, ellas vienen para ayudarte con una dificultad, proporcionando apoyo y orientación, ayuda física, emocional o espiritual. Podrán parecer un regalo de Dios y lo son.
Entonces sin ninguna actitud errónea de tu parte o en una hora incierta, esa persona dirá o hará alguna cosa para que la relación llegue a su fin, lo que debemos entender es que nuestras necesidades han sido atendidas, nuestros deseos cumplidos y el trabajo de ellos hecho.
Cuando las personas entran en nuestras vidas por una estación; es porque llegó a su vez repartir, crecer y aprender. Ellas traen la experiencia de la paz y te hacen reír, ellas te podrán enseñar algo que nunca ha hecho.
Relaciones de una vida entera, enseñan lecciones para la vida entera, cosas que debes construir pero tener una formación emocional sólida, tu tarea es aceptar la lección, amar a la persona y poner en práctica lo que has aprendido en todas tus relaciones y áreas de tu vida.
Debemos agradecer a Dios por las personas que se han cruzado en nuestro camino, bien sea para bien o para mal, porque todas han venido a enseñarnos algo, o ellas aprender de nosotras.
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