Te descubrimos toda la verdad sobre la leche de vaca: ¿sabías que en realidad no es tan beneficiosa como se piensa? Algunos estudios demuestran sus consecuencias negativas en la salud.
Desde siempre nos han vendido que la leche es fundamental para nuestra salud: debemos tomarnos varios vasos de leche al día (en el desayuno, a ser posible en la merienda, y también en la cena). Pero según manifiestan muchos nutricionistas, lo cierto es que la única leche que el ser humano debe beber a lo largo de su vida es laleche materna. Luego, una vez ha pasado esta etapa, el consumo de leche no tiene sentido, sobretodo si analizamos –y tenemos en cuenta- cuál es la realidad sobre los efectos no tan positivos que tiene la leche sobre nuestro organismo. Y como comprobaremos a lo largo de este artículo, no podemos utilizar el aporte de calcio como excusa para tomar leche, principalmente porque este producto es en realidad uno de los que menor contenido en calcio posee en su composición.
Es por todos conocido que la intolerancia a la lactosa se ha convertido en los últimos años en uno de los problemas nutricionales que más han crecido, posiblemente porque anteriormente no estaba tan extendido el conocimiento acerca de esta intolerancia, la cual se produce dentro del proceso de absorción de la lactosa en el intestino delgado, cuando existe un déficit de lactasa la lactosa pasa al intestino grueso sin descomponerse y empieza a fermentar.
Diferentes estudios científicos llevados a cabo en Estados Unidos por la Escuela de Medicina de Johns Hopkins, han descubierto que al parecer la lactasa pierde su actividad en el intestino delgado cuando somos pequeños, entre la edad de 1 a 4 años, de ahí que la intolerancia a la lactosa aparezca.
Otros alimentos aportan más calcio que la leche
Se dice, por otro lado, que la leche es uno de los alimentos más ricos en calcio, sin embargo la realidad es bien diferente: ¿sabías que en realidad los productos lácticos son una mala fuente de calcio para el organismo humano? De ahí que a día de hoy sea muy común encontrarnos con leches enriquecidas con calcio.
Respecto al calcio, es mucho más adecuado incluir en nuestra dieta una buena cantidad de:
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Verduras y hortalizas: acelgas, cardo, espinacas, puerro, alcachofas, coles, repollo, coliflor y brócoli.
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Cereales: avena, cebada y trigo.
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Frutos secos: almendras, higos secos, pistachos, nueces, pasas y dátiles.
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Legumbres: garbanzos, judías blancas, habas secas y lentejas.
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Semillas: sésamo.
Aumento de descalcificaciones y osteoporosis
También suele creerse erróneamente que por el hecho de haber estado consumiendo productos lácticos durante toda la vida en un futuro no vamos a padecer osteoporosis ni descalcificaciones. Sin embargo, ¿sabías que diferentes estudios científicos llevados a cabo en China han demostrado el papel desmineralizante de la leche animal? Estos estudios constataron que cuando los chinos (como sabes, no consumidores de productos lácteos) introducían la leche en sus dietas, se producía un aumento de la osteoporosis. Algo aún más curioso: la osteoporosis es considerada como una disfunción casi exclusiva de los países occidentales, grandes consumidores de productos lácticos.
Aumento de enfermedades asmáticas
Por otro lado, se tiene constancia científica de que los grandes bebedores y consumidores tanto de leche como de productos lácticos presentan una incidencia mayor de enfermedades asmáticas. De hecho, estos estudios han demostrado que cuando se suprimían completamente los lácteos disminuyó el consumo de cortisonas.
¿El motivo? La leche de vaca es rica en caseína, que en el ser humano produce una gran cantidad de flema (moco) como mecanismo de defensa para librarse de estas toxinas.
Además de catarros, asma y alergias, la caseína genera otitis, trastorno de tiroides y obesidad.
Otros trastornos ya relacionados con el consumo de leche y sus derivados
Diferentes estudios han podido constatar que el consumo de leche –y sus derivados- se podría relacionar con: catarros, conjuntuvitis, sinusitis, alergias, asma, eczema, psoriasis, artritis, artrosis, fibromas, anemia, fibromialgia, estreñimiento, enfermedad de Crohn, cáncer de colon y de mama, descalcificación, osteoporosis y bronquitis.
Además, estudios científicos también sugieren que existe una mayor relación entre el consumo de leche y el aumento del riesgo de padecer diabetes juvenil y la enfermedad de Parkinson.
…Y entonces, ¿qué leche podría beber?
Seguramente, al igual que yo, estarás muy acostumbrado/a a tomar leche con el desayuno, acompañado de cereales, y también a tomar algún que otro cortado a lo largo del día… Por lo que, después de haber leído este artículo, tengas muchas dudas sobre cómo sustituir la leche.
La mejor opción son las leches vegetales, que además de nutricionalmente adecuadas, podemos elaborar fácilmente en casa. Destacan sobretodo la leche de almendras, leche de sésamo, leche de avellanas, leche de pistacho y leche de arroz.
No obstante, otros estudios científicos demuestran la riqueza nutricional de la leche animal. Por tanto, como todo en exceso, los nutricionistas hablan de la posibilidad de continuar tomando leche pero sólo en pequeñas cantidades (por ejemplo, máximo un vaso de leche al día), y aportar calcio y vitamina D a nuestro organismo a partir de otros alimentos.
Más información | El calcio y la leche
Estudios científicos | Vitamin D, Calcium, and Dairy Intakes and Stress Fractures Among Fe... / Calcium, vitamin D, milk consumption, and hip fractures
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