Aunque no lo sepan conscientemente, los Humanos estamos rodeados por un batallón
de Asistentes Espirituales, compuesto por
Ángeles, Guías, Maestros y Asistentes Elementales¨
Para jugar estábamos usando la tapa de un balde de pintura como freesby, nos divertíamos hasta que él no fue a buscarlo, sino que se quedó viendo un árbol, un pino del que estaba cerca.
Entonces yo me acerqué también para ver lo que estaba mirando el perro. Pero el árbol tenía tantas hojas y ramas que no se veía nada. Sin embargo luego de unos segundos de estar mirando vemos salir volando lo que al principio creí un insecto de color negro con reflejos marrones, de aproximadamente unos 6 centímetros. Pero inmediatamente noté que no era un bicho, tenía brazos y piernas bastante largas y una cabeza chica con pelitos. Sus alas sí eran grandes.
Aunque sólo se dejó ver unos segundos, pareció detenerse el tiempo. Lo pude apreciar en detalle como si fuera en cámara lenta y a su vez él parecía observarme a mí.
Habrán sido 5 segundos. Salió de entre las ramas del pino, se desplazó hacia la izquierda mientras me miraba de frente, bajó un poco todavía mirándome y volvió a meterse entre las ramas del pino. Yo no salía de mi asombro.
Miré a mi perro que pareció entender lo que había pasado y corrimos a contarle todo a mi mamá y a mi papá.
Me llamo Thiana, tengo 11 años y no comparto esta experiencia con todos porque sé que es difícil de creer si no le pasa a uno.¨
¨La Naturaleza guarda un secreto que supera todas las leyes de la Física y la Lógica que nuestra mente puede comprender...
´Imaginación´ lo llaman algunos... cuando no es más que una realidad velada ante nuestros ojos. Todos tenemos la capacidad de ver a los seres elementales de la Naturaleza y establecer contacto con ellos.
Para traspasar el manto invisible tienes que pasar del ¨ver para creer¨ al ¨creer para ver¨
¿Estás dispuesto a contactar con ellos?
Recuerda que tan sólo debes abrir los ojos del corazón.
Para ver lo invisible, debes creer en lo imposible.¨
Así expresa el siguiente video de Walter Forest...
Un filósofo griego llamado Empédocles de Agrigento (h.495/490 - h.435/430 a.C.) postuló la teoría de las cuatro raíces, a las que Aristóteles más tarde llamó elementos, juntando el agua de Tales de Mileto, el fuego de Heráclito, el aire de Anaxímenes y la tierra de Jenófanes, las cuales se mezclan en los distintos entes sobre la Tierra. Estas raíces están sometidas a dos fuerzas, que pretenden explicar el movimiento en el mundo: el Amor, que las une, y el Odio, que las separa. Esta teoría explica el cambio y a la vez la permanencia de los seres del mundo.
El hombre es también un compuesto de los cuatro elementos. La salud consiste en cierto equilibrio entre ellos.
FUEGO: Vitalidad, pasión, vehemencia, energía, entusiasmo, fuerza, franqueza, radiación, voluntad, iniciativa, exaltación e impaciencia. Este elemento se refiere a una energía radiante universal, una energía que es excitable, entusiasta. A este elemento, Carl Jung lo correlacionó con la esencia dinámica de la energía psíquica, la energía que fluye espontáneamente de modo inspirado, automotivado.
TIERRA: Firmeza, estabilidad, tenacidad y energía acumulada, búsqueda de lo concreto, practicidad, paciencia, autodisciplina, cautela, seguridad en los procedimientos y convencionalismo. Una armonización de este elemento indica que el individuo está en contacto con los sentidos físicos y la realidad de aquí y ahora del mundo material. Los signos de tierra tienden a confiar más en sus sentidos y su razón práctica que en las inspiraciones, consideraciones teóricas o intuiciones de los demás signos. Están armonizados con el mundo de las “formas” que los sentidos y la mente práctica consideran como reales, y su comprensión innata de cómo el mundo material funciona da a los signos de tierra más paciencia y autodisciplina que los demás signos.
• Agua: Ondinas
• Fuego: Salamandras
• Tierra: Gnomos
• Aire: Sílfides
Los cabalistas aseguraban que el aire, la tierra, el agua y el fuego se agitaban merced a los seres invisibles que animaban estos elementos.
Un poco de Historia: Cuando el planeta era sólo una masa incandescente y sin vida, los elementales estaban presentes planeando la construcción y la vida futura, ayudando a los Espíritus Superiores, Arquitectos Cósmicos, quienes eran los encargados de coparticipar en la obra del creador.
Las salamandras –elementales del fuego- cuidaban la masa de gases radioactivos presentes en el planeta y de la materia incandescente que debía ir sedimentándose y enfriándose de a poco, para que el planeta en formación pudiera ser habitable.
Los silfos, elementales del aire, cuidaban de la evolución de esos gases tóxicos, para lograr el equilibrio químico y la evolución de los violentos vientos y tormentas nucleares que azotaban al planeta en formación, allá en los comienzos de la historia cósmica.
Los Espíritus Superiores o Arquitectos Cósmicos ya tenían planeado todo tipo de vida que surgiría en la tierra, siguiendo las orientaciones del Creador. Estaba todo programado en la Mente Divina. Sólo hacía falta que se estableciera el orden, para que esos Espíritus de la naturaleza o elementales pudieran, finalmente, empezar el proceso de evolución y vida sobre el planeta tierra, como colaboradores inmediatos de los arquitectos celestiales.
Cuando los gases se hicieron líquidos y cayeron sobre el planeta en forma de gotas de agua, lluvias y tormentas violentas que inundaron casi toda su superficie, aparecieron los elementales del agua: Sirenas, Ninfas y Nereidas, por las explosiones nucleares, quitándoles las materias densas y pesadas que aún había en suspensión.
En el Universo existen, entre otros Jefes Espirituales, espíritus guardianes, orientadores, protectores, y organizadores de toda la creación. Los elementales, sus colaboradores, fueron, por lo tanto, anteriores a la aparición del hombre sobre la tierra y los encargados de armonizar las condiciones básicas para la aparición de la vida en sus varios reinos.
Cuando el planeta comenzó a enfriarse y a estabilizarse, ya estaban presentes los elementales de la tierra: Gnomos, Duendes y Hadas, a fin de armar los elementos de su nivel, o sea, los primeros esbozos de arbustos y piedras. Estaban dando origen a todo lo que germinaría después, con el trabajo de millones de años.
Los elementales tienen un tipo de vibración muy rápida y eléctrica, que les permite trasladarse de un lugar a otro a la velocidad de la luz. Se los considera espíritus juguetones, animados y arduos trabajadores de la naturaleza.
Aunque las náyades estaban asociadas con el agua dulce, las oceánides con el agua salada y las nereidas específicamente con el mar Mediterráneo, había cierto solapamiento debido a que los griegos pensaban en las aguas del mundo como en un sistema único, que se filtraba desde el mar a profundos espacios cavernosos en el seno de la tierra, desde donde subía ya dulce en filtraciones y manantiales.
Las ondinas, o hadas del agua, son seres mágicos estrechamente ligados a la sanación, a lo psíquico y al amor. Se dice que el agua limpia y purifica las almas, esto es gracias a la acción de las ondinas, hadas que se encargan de dotar de propiedades mágicas al líquido primordial para la vida.
Las hadas del agua suelen estar en las profundidades, allí disfrutan de sus vidas mientras se manifiestan de forma ocasional ante los ojos sorprendidos de los humanos. Las ondinas, o Hijas de Odín, viven en lo profundo de los lagos y en las zonas más oscuras de los océanos del mundo.
Los gnomos forman un pueblo sobrenatural de seres muy pequeños, dotados de singular astucia.
Una gnómida es la mujer del gnomo, que al contrario de éste, se suponía dotada de gran belleza.
Los gnomos no estarían en la superficie sino en el interior. Estos moraban en las figuras metálicas del globo, en el interior de las grutas, llenas de estalactitas de maravilloso efecto. Eran los guardianes de las minas de oro y plata.
La estatura de estos pequeños genios iba en progresión descendente hasta la más diminuta. Hay varios tipos de gnomos:
• Los gnomos del bosque: son los más comunes. Viven en los bosques ayudando a todos los animales, usan una túnica azul que les llegan hasta las rodillas, un pantalón del mismo color con tirantes y un gorro rojo grande y puntiagudo que nunca se quitan, ya que sin gorro no es un gnomo, ellos mismos lo dicen. El sexo femenino usa una túnica de colores verde y blanco que le llega hasta la cintura, una falda de color verde y un gorro verde grande y puntiagudo; si se casan usan un pañuelo que le cubre el pelo, si no están casadas usan el pelo suelto.
• Gnomos siberiano: son los más altos de todos los gnomos, usa ropas abrigadas y es más malhumorado.
• Gnomos de las selvas: son los más pequeños, tienen la piel tostada y está semidesnudo por el calor. Usa un arco y flechas para alcanzar las frutas de los árboles.
Existen cuatro más, iguales al gnomo del bosque, pero con algunas diferencias:
• Gnomos de los desiertos: se diferencian en que son un poco más altos y los colores de sus prendas son más claros.
• Gnomos de las granjas: ayudan a los animales de la granja.
• Gnomos de los jardines: ayudan a crecer las plantas.
• Gnomo de las casas: le gusta vivir en casas grandes y amplias, prefiriendo los sótanos por encontrarse allí más tranquilo. Repara todo lo roto
Los duendes corresponderían a los gnomos y silfos y habitan mundos propios no muy alejados del nuestro, aunque en la mayoría de los casos son invisibles para nosotros porque nuestros sentidos son poco sutiles y poco desarrollados y por tanto no aptos para observarlos. Sin embargo todas esas criaturas, según Paracelso, tienen en común ser seres interdimensionales y atemporales, viven en comunidades jerarquizadas, son invisibles para los hombres, pero no para algunos animales y niños.
La sílfide es un espíritu femenino del aire según la tradición hermética europea. Están relacionados etimológicamente con los elfos pero, a diferencia de éstos, no existen mitos explícitos sobre ellos. Su forma masculina es el silfo. El término sílfide ha pasado al lenguaje común para referirse a los espíritus menores, elementales o hadas del aire.Un hada es una criatura fantástica y sutil. En la mitología griega y romana las llaman Hados, pero generalmente en forma de mujer hermosa con alas; que según la tradición son protectoras de la naturaleza, producto de la imaginación, la tradición o las creencias y perteneciente a ese fabuloso mundo de los elfos, gnomos, duendes, sirenas y gigantes que da color a las leyendas y mitologías de todos los pueblos antiguos. Se puede provocar el contacto con ellas desarrollando la visión etérea según las leyendas. Los Áes Sídhe, son seres semidivinos que viven entre este y el otro mundo, con conexiones importantes con la naturaleza y las deidades, la mayoría de los relatos los representan como gente no muy alta, pero de aspecto y altura humana, de tez blanca, ojos claros y pelo muy negro. En los relatos medievales, las hadas aparecen relacionadas con encantamientos y hechizos, conocedoras del poder y las virtudes de las palabras, las leyendas y las hierbas, que les permitían mantenerse jóvenes y bellas, y acumular grandes riquezas. Varios rasgos comunes caracterizan a estos habitantes del ultramundo en todos los países: se clasifican en benéficas y perversas, precisan ocasionalmente de apoyo humano, sus órdenes deben cumplirse estrictamente so pena de terribles castigos, etc
Algunas de estas clasificaciones son:
• Lamias, hadas de la mitología vasca. Poseen largos cabellos que peinan con peines de oro que son muy preciados. Sus pies son palmeados, como los de un pato, exceptuando a las lamias marinas, semejantes a sirenas.
• Ninfas, hadas de la mitología griega que pueden ser:
• Náyades: ninfas que pueblan los ríos, a veces son hijas de éstos, por ejemplo, Eurídice.
• Nereidas: ninfas del mar Mediterráneo, hijas de Nereo. A veces son descritas como mujeres con cola de pez. Destacan Anfitrite y Tetis;
• Oceánides: ninfas del océano, hijas de éste. Destacan Metis (madre de Atenea) y Doris(madre de las nereidas);
• Dríades: ninfas de los bosques, a veces asociadas a los robles;
• Hamadríades: ninfas ligadas a un árbol concreto de tal modo que si éste era cortado, la ninfa moría con él;
• Melíades: ninfas de los fresnos, nacen de la sangre de Urano (dios del Cielo). Son las ninfas más antiguas.
• Sílfides, hadas de los vientos; Paracelso es el primero en citarlas, y son, según él, los seres elementales del aire.
• Salamandras, hadas del fuego.
• Drinfas, hadas de la tierra. Son las hadas de la tierra, y por tanto, de las plantas. Su aspecto es el de una joven humana de orejas puntiagudas y alas de mariposa. Viven en jardines, bosques o cualquier lugar en el que haya plantas. Se encargan de cuidar de ellas y son muy vengativas con aquel que las dañe. Visten ropas hechas de hojas en colores verdes y marrones.
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